- ¡Aaay!
El dentista regaña al cliente:
- Señor, por favor, ¡aún no le he tocado ningún diente!
- Si, pero ya lleva un buen rato pisándome el pie.
Rodolfo, que no está de acuerdo, le responde:
- ¡Lo que tú digas, Antonio, pero si chupo la parte de delante, no se pegan!
Un dentista llega a casa y a la hora de la cena le dice a su esposa:
- El negocio va fatal...
- ¿Ah, sí? ¿Y qué piensas hacer?
- He decidido buscarme un socio.
- ¿Otro dentista?
- No... ¡un fabricarte de turrones!
- A ver, ¿cuál es su especialidad?
- Yo sé imitar a los pájaros.
- ¡Aha! ¡Eso lo sabe hacer todo el mundo!
- Ah... vale... En ese caso, no le haré perder más tiempo.
¡Y el hombre se fue volando!
- ¡Cuando compré esta dentífrico me dijo usted que combatía la caries, pero sigo teniendo lo!
El farmacéutico le responde:
- Yo le garanticé que combatía con la caries... ¡pero no le aseguré que siempre saliera vencedor!
- Buenos días, quiero algo de que me voy a sudar
Al momento, el farmacéutico saca de debajo del mostrador dos bolsas enormes cargadas con la compra, se las da y le dice:
- Lleve estas bolsas a la calle Quinto Pino 23, quinto piso puerta B, sin ascensor: ¡Ah, y no se entretenga por el camino!
- Así es, señor.
- ¿Y cuál habla mejor?
- Hablar, hablar no puedo ninguno. Pero sé que existen.
- El fuego está extinguido pero hay siete personas lesionadas. A cinco hicimos boca a boca y devolvieron la vida, mientras que los otros dos, por desgracia, no fueron capaces de revivir.
Después de estas palabras el médico se desmayó. Despierta y las primeras palabras que salieron de su boca temblorosa eran:
[leer más]La redacción no se hace responsable de las reacciones de sus lectores tras leer el contenido... Dejamos claro que no les compraremos pañales, ni pastillas para dolores de barriga, ojos ni cabeza!!!